martes, 15 de septiembre de 2009

BDSM ¿¿¿Yo???


Si te gusta dar una nalgadita de vez en cuando a tu pareja, que tu pareja te deje una ligera marca en tu espalda con sus uñas cuando la haces llegar al climax o ¿qué tal si tu pareja te modela un poco de lencería de cuero o encaje con unos hermosos tacones? llevar a cabo un jugueteo con la ropa para entrar en calor, desgarrar la ropa de tu pareja por ese deseo irrefrenable.

 Sí. Todo rico y permitido pero ¿sadomasoquista yo?

La verdad es que todos tenemos ciertas perversiones pero la forma de ejercerlas es la diferencia entre crimen y juegueteo sexual. Sadomasoquista suena a insulto, aun que esta práctica se realiza en todo el mundo; los tabús en México siguen su practica, incluso entre jóvenes universitarios o sexualmente muy activos. Sin embargo este tipo de jugueteos sexuales pueden ser además de placenteros, una herramienta de autoconocimiento de nuestros umbrales del dolor.
Sí, para empezar una práctica sana del Sado no sólo implica que debe ser seguro y consensuado, también que debe tener límites, ya que si llega un loco a pedir que le perforen la mano con un cuchillo como parte del juego, un buen practicante del sado rechazará este tipo de practicas.
En México existe una organización que promueve la cultura sado donde se dan charlas respecto a técnicas, pero sobre todo una filosofía de control del dolor a través de la respiración, te enseñan medicamente lo que implica el dolor y cómo tu cuerpo reacciona a él produciendo endorfinas, que es un analgésico natural más poderoso que la adrenalina. Parte del entrenamiento de un sumiso es aprender a controlar por medio de su respiración el impacto del dolor, a tener control sobre sí mismo y experimentar situaciones de presión física que de otra manera serían peligrosas.
Afirman que el sado no debe mezclar el sexo, (la penetración explicita) lo cual decepcionará a muchos que lean esto, pero es cierto, porque la mayoría imagina que se tratan de orgías de látigos, latex y sangre.
En la relación sado se exploran otras áreas de placer a través de facetas de juego que son explicitamente aróticas, además que las relaciones sexuales tipo orgía no ayudan a una practica sana del Sado por los lazos que representan y los riesgos de salud que se corren como un contagio de SIDA y enfermedades peores.
Las practicas que se desprenden de este movimiento incluyen:
Bondage (el arte del amarre)
Disciplina y Dominación
Sumisión y Sadismo
Masoquismo
En todas las actividades BDSM los participantes construyen un escenario donde, de forma voluntaria y por consenso una parte ejercerá el rol dominante o activo, y otra parte el sumiso o pasivo. Si bien es cierto que estas prácticas engloban el término, como la humillación erótica, el dolor, la sumisión, su práctica no tiene como fin el regocijo de someter a alguien, o torturarlo sino el placer.
El BDSM une a individuos muy diversos:  heterosexuales, homosexuales, bisexuales, cristianos y a personas relacionadas con otras religiones o misticismos, lo que caracteriza a estos grupos son el respeto hacia las formas como amos y sumisos buscan su placer. En cuanto a las prácticas, van desde la mujer que le gusta usar zapatos de tacón de aguja, como elemento fetichista hasta el masoquista de alto grado que vincula dolor y placer.
Las verdad es que el humano fue dotado una gran imaginación y un buen amante conoce y sabe aplicar diferentes técnicas, mientras ambos disfruten y deseen experimentar  ¡¡que el mundo rece en los rincones!!, el peor pecado es la ignorancia, así que acérquense a una asociación, lean, profundicen, no se queden con la primer versión.
Para quienes entrar y conocer gente con las mismas aficiones les dejo una página de internet: http://www.sadomexico.com/. Hasta la próxima.

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